LA UNESCO RECONOCE EL CAFTAN MARROQUI COMO EXPRESION CULTURAL UNICA TRAS UN PROCESO DECISIVO

El caftán marroquí quedó finalmente inscrito en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, una decisión adoptada en Nueva Delhi durante la reunión anual del Comité Intergubernamental de la UNESCO. Con este reconocimiento, Marruecos culmina años de trabajo técnico e institucional, en un contexto marcado por desacuerdos diplomáticos con Argelia, que retiró sus enmiendas en el último tramo del debate.
La organización internacional validó la candidatura marroquí tras constatar que el caftán cumple los criterios de salvaguardia y transmisión establecidos en la Convención de 2003. La vitalidad de esta tradición, su arraigo social y la participación de comunidades artesanales activas fueron elementos decisivos para la aprobación.
Las autoridades marroquíes subrayaron la dedicación de generaciones de artesanos —entre ellos tejedores, bordadores (maâlems)— que han preservado técnicas complejas vinculadas a la identidad cultural del Reino. También destacaron el apoyo estatal y el compromiso del soberano en la protección del patrimonio nacional.
El proceso no estuvo libre de fricciones. Argelia presentó varias objeciones técnicas y planteó modificaciones al expediente marroquí, llegando incluso a reclamar vínculos del caftán con su propio patrimonio textil. La introducción de fotografías de prendas originarias de Fès en un dossier argelino sobre trajes femeninos alimentó sospechas de apropiación cultural.
Sin embargo, el respaldo de numerosos países a la candidatura marroquí —incluidos Francia, España, Paraguay, Haití y Zambia— aisló la postura argelina. Finalmente, Argelia retiró sus enmiendas a condición de reformular la expresión “patrimonio compartido”, sustituida por “patrimonio difundido”, sin cuestionar la autoría histórica del caftán.
El caftán representa uno de los elementos más antiguos y distintivos de la tradición marroquí. Su confección, transmitida durante más de ocho siglos, combina técnicas de alta precisión artesanal: bordados, pedrería, encajes, sedas y brocados elaborados a mano.
Además de su función en celebraciones nupciales, rituales religiosos y actos familiares, la prenda ha tenido un notable impacto internacional. Su elegancia captó la atención de grandes figuras de la moda, como Yves Saint Laurent, quien contribuyó a su difusión global en la segunda mitad del siglo XX.
Con esta nueva inscripción, el caftán se suma a otros elementos marroquíes ya reconocidos por la UNESCO, reforzando la posición del país en el ámbito de la preservación cultural. El reconocimiento respalda de forma explícita la autenticidad y especificidad del caftán frente a intentos de reinterpretación o apropiación externa.
Esta designación ofrece además un impulso a la diplomacia cultural de Marruecos, consolidando la imagen del Reino como referente en la defensa de su legado histórico y en la promoción de sus tradiciones vivas a escala internacional.
La práctica del caftán continúa vigente en todo Marruecos: desde los talleres artesanales y cooperativas hasta las casas de alta costura que reinterpretan sus formas tradicionales. Su vitalidad, su adaptabilidad y su presencia constante en la vida social del país constituyen la mejor evidencia de su valor cultural universal.