El lunes 8 de julio, comenzó la cumbre de los países miembros y asociados del Mercado Común del Sur (Mercosur) con el objetivo de promover la integración regional. El evento se lleva a cabo en Asunción, Paraguay, y cuenta con la participación de Bolivia como miembro reciente, además de la presencia de Panamá como país invitado. Sin embargo, el presidente de Argentina, Javier Milei, no asistió, optando por participar en una convención de ultraderecha en Brasil y enviando en su lugar a su canciller. Con vistas a nuevos horizontes comerciales, como China, y ante el estancado acuerdo con la Unión Europea, el bloque enfrenta desafíos internos.

«Esta cumbre nos ofrece una oportunidad de acercar aún más el Mercosur a nuestra población», declaró el presidente de Paraguay, Santiago Peña, durante la ceremonia de apertura de la 64ª cumbre de jefes de Estado del Mercosur y Estados asociados en Asunción. Peña traspasó la presidencia rotatoria del bloque a Uruguay y llamó a pasar de las palabras a la acción, promoviendo una democracia «con contenido» y «de resultados para trabajar en una región más fortalecida y sólida para afrontar los grandes desafíos globales».
La cumbre contó por primera vez con la presencia del presidente de Bolivia, Luis Arce, tras la reciente adhesión de su país al Mercosur. Panamá, en un esfuerzo por acercarse al Mercosur desde Centroamérica, participó como país invitado, representado por su nuevo mandatario, José Raúl Mulino, en su primer viaje al exterior.
A pesar de estos avances, el bloque no está completo. Javier Milei, presidente de Argentina, decidió no asistir a la cumbre, prefiriendo acudir a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Brasil, donde compartió escenario con figuras como el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, el excandidato presidencial chileno José Antonio Kast y el actor mexicano Eduardo Verástegui. Durante su discurso, Milei criticó el socialismo, afirmando que es «la ideología del resentimiento, la envidia y el odio», y que «el socialismo es la idea del fracaso».
A pesar de su ausencia, Milei envió a su canciller, Diana Mondino, para participar en la reunión de ministros de exteriores celebrada antes de la cumbre. Mondino declaró que el Mercosur necesita «un shock de adrenalina» y se quejó de las barreras arancelarias, aunque aseguró que la permanencia de Argentina en el bloque no está en duda.
En este contexto, el Mercosur busca fortalecer su posición en el comercio global, enfrentando tanto desafíos internos como externos, mientras explora nuevas alianzas comerciales y estrategias para revitalizar la integración regional.